Mucho resultado para poco fútbol. Así se puede definir la victoria que dejó a FAS como único lider después de imponerse a Águila en el Clásico Nacional por 2-1.
FAS tuvo mucha, muchísima suerte para sacar el resultado, pero contó con la complicidad de Contreras que salvó las que tuvo salvar, y dejó con el grito de gol ahogado en la garganta al conjunto aguilucho, tras salvar un penal y un cabezazo sobre el final de la segunda mitad, cuando Águila apretaba en la búsqueda del empate.
Lo del conjunto tigrillo pasa más por la efectividad que por otra cosa, más bien con el oficio y tan sólo el hecho de aguantar el resultado y tratar de sorprender con una contra ante aun volcado cuadro emplumado, dejó consigo el sabor dulce de la victoria, pero con la lectura del encuentro que Águila le pasó por encima en su propia casa.
Los goles de Walter Martínez y Néstor Renderos dejaron con la victoria al cuadro santaneco ante un Águila que fue dominador y dueño del esférico pero que le faltó demasiada pólvora para concretar las opciones claras de gol. Los de Correia naufragaron nuevamente en la búsqueda de los goles, tan sólo Williams Reyes logró concretar cuando el encuentro estaba en la fase final y fue insuficiente para propiciar la remontada.
Nicolás Muñoz falló un penal, que hubiese significado el empate y la justicia en el marcador, pero como en esto del fútbol no caben los merecimientos sino quien anota los goles, y FAS marcó las que tuvo y Águila desperdició a la saciedad las ocasiones que construyó.
Mención aparte se llevan los arqueros de ambos equipos. Por una parte, Coreas, que fue uno de los más señalados por la afición, de quién piden que pudo haber hecho mucho más en ambos goles y de Contreras, que mantuvo la ventaja y bajó la persiana cuando el torrencial ofensivo aguilucho lo ponía contra las cuerdas.
Con la victoria, FAS se queda solo en la cima de la clasificación y Águila debe recomponerse, curarse de las heridas y buscar en la próxima jornada, el camino de la victoria. No le queda más.
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