Dennis Bergkamp, el hombre de hielo, sus mejores goles y su miedo a volar

Dennis Bergkamp

Para quienes vimos las mejores épocas del holandés, Dennis Bergkamp, uno, quizá, de los jugadores más talentosos con el balón en sus pies que ha dado el fútbol, podemos recordar muchas heróicas jugadas, aquél gol ante Newcastle, el gol de Francia ’98 ante Argentina, o aquellos pases milimétricos de tres dedos y con el empeine cambiado a Pirés o a Henry en el Arsenal. Pero lejos de todo lo que le rodea al fútbol en sí, este holandés, a quien llegaron a llamar como “Iceman” (Hombre de hielo), por su frialdad para definir y para estructurar jugadas o marcar las líneas y los tiempos en el Arsenal o en la selección holandesa, su talón de Aquiles no era otro, que el simple hecho que le daba temor coger un avión para desplazarse a sus destinos.

De todos es conocido, que dentro de su carrera hubo muchas ocasiones en las que, para poder ser parte del once titular se desplazaba vía terrestre a los destinos donde a los “gunners” les tocaba jugar, como España o Rusia por ejemplo. El jugador se adelantaba por días a la expedición del equipo para poder estar a tiempo y ser parte de los encuentros que el conjunto inglés disputaría en tierras fuera de Inglaterra.

Pero el origen de su miedo a subirse a un avión inició con mayor fuerza en la previa a disputar el Mundial de 1994 con su selección, cuando, antes de abordar, hubo una amenaza de bomba que retrasó el viaje de Holanda a Estados Unidos.

Por si fuera poco, cuando estaban a punto de tocar tierra norteamericana, el avión tuvo una caída libre durante varios segundos en pleno vuelo, el cual le generó un mayor terror a subirse a un avión para viajar a destinos lejanos.

Desde esa ocasión, y cuando fichó por el Arsenal, el jugador introdujo una cláusula contractual en la cual se le permitiría no desplazarse con el equipo por avión, sino que, lo hacía por su cuenta vía terrestre.

Sus fobias finalmente, no repercutieron en su rendimiento, prueba de ello, es que dentro de la cancha, su número 10, su figura y su enorme talento le llevó a ser una pieza clave e histórica, tanto en el Arsenal como con Holanda.

En el Mundial de Francia ’98, Argentina enfrentaba a Holanda en los cuartos de final, y con el marcador empatado a un gol y con tan sólo un minuto por jugar, un balón largo de Frank de Boer encontró en carrera y con la marca de Ayala a Bergkamp, quien con una sutil maestría puso el balón a tierra y lo cruzo en medio de las piernas de Ayala, para definir a segundo palo ante la salida desesperada e infructuosa de Carlos Roa. Holanda marcaba el 1-0 que lo llevaba a semifinales y Bergkamp anotó una obra maestra, una pintura perfecta, un gol mágico que lo llevó a la cumbre del fútbol con su selección. Tres toques con la misma pierna y un gol que quedó clavado en el recuerdo holandés y revivirá la tristeza Argentina en cada vez que haya una repetición de ese momento.

Cuatro años más tarde, en 2002, Bergkamp sacó a relucir el enorme talento ante Newcastle, al inventarse una jugada más parecida al ballet por la sincronía, audacia y belleza. El gol, que ponía el 1-0 en la victoria ante las urracas ha sido enmarcado por la delicadeza y por la estructura de la jugada antes de la definición, uno de los mejores del holandés.

Aunque el mismo Bergkamp afirmó que su momento y gol perfecto fue ante Argentina en el Mundial, lo cierto es que la hemeroteca no nos deja mentir, con el balón en los pies, el holandés fue un superdotado en su época, de lejos uno de los mejores en cuanto a técnica, habilitad y talento a la hora de encarar y proteger el balón, otro de los números 10 que comen en la mesa de los grandes.

FUENTES: Aquí, aquí y aquí

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Post Author: JoseMa@Díaz

Bloguero y enamorado del fútbol.