Para mi no es increible ni sorpresivo que Argentina y Brasil se hayan quedado eliminados de la Copa América, el mal juego que ambas selecciones firmaron en sus encuentros fueron decisivos para que esta eliminacion se concretara antes de clasificar a semifinales.
Argentina fue eliminada contra todo pronóstico por Uruguay, y no precisamente porque Argentina haya mostrado un mejor juego que su rival de turno, sino por ser locales en el torneo que suponía debía consagrar definitivamente a su máxima estrella Leo Messi y coronarse en su tierra con un equipo que en los papeles daba para ser campeones.
Uruguay lo dejó fuera de las semifinales jugando gran parte del encuentro con un jugador menos, pero aún así logró poner en serios aprietos al combinado albiceleste a tal punto que la ronda de penaltis fue decisiva, todos los jugadores anotaron por Argentina excepto Tévez, que falló su remate anunciado ante un inspirado Muslera que durante el encuentro mantuvo con vida a su equipo con grandes atajadas, y que le coronó como el jugador del encuentro con el penal tapado al Apache. Argentina no disfrutará de una final con su selección, Uruguay clasifica y es serio candidato a quedarse con el titulo.
Lo de Uruguay y Paraguay no es casualidad, al menos en el primero, su fútbol fue superior al de Paraguay, pero en esto del fútbol es así, ganan los que meten los goles y los que aprovechan las oportunidades que durante el encuentro se dan, no aquellos que únicamente generan llegadas de gol y no meten ni una.
Argentina y Brasil se despiden con un gran nubarrón encima de sus cabezas, la posibilidad de limpieza de algunos jugadores o cuerpo técnico está latente, porque, por ahora ambas selecciones han perdido el rumbo, su identidad y también su fútbol.