Queda claro que Sabella tiene su estilo, sus métodos y también sus jugadores. Uno de los menos queridos, Higuaín, le dio el gol de la victoria que llevó a la Argentina a conseguir un boleto en las semifinales, no fue ni Messi ni Di María uno de los artífices, el primero, negado ante Curtois en su séptimo partido que le enfrenta y se queda sin gol, y el segundo que se queda fuera del Mundial gracias a una inoportuna lesión.
Como el clásico “9” y al más puro estilo de un centrodelantero, el pipita Higuaín encontró un balón en los minutos iniciales del encuentro y lo mandó a guardar a las redes para que la albiceleste igualara su récord particular de 5 victorias consecutivas en Copa del Mundo, y el 1-0 que a la postre le daría la clasificación.
La eterna promesa belga se quedó nuevamente a las puertas de una hazaña, sin contar con un verdadero peso ofensivo para lograr la igualada, naufragó en sus intentos, gracias a la ineficacia de sus delanteros para definir y a la gran apuesta defensiva albiceleste y de Romero, que sigue siendo un bastión importante en la portería argentina.
24 años después. Argentina regresará a disputar un encuentro de semifinales, siendo su último antecedente el Mundial de Italia ´90, precisamente el mismo que marca la última final que la albiceleste disputara y perdiera ante Alemania.
Argentina se reencontrará con una de sus otroras bestias negras, la Holanda que lo dejó eliminado en el Mundial de Francia ´98.
